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¿Cuál es nuestra función/rol como profesionales de la ayuda a otro Ser Humano?

Foto del escritor: ÁguedaÁgueda

Invitación a la Autoreflexión;


Dialogando con colegas de profesión (abogad@s y mediador@s) en círculo de pares, nos hacíamos las siguientes preguntas respecto a nuestra práctica profesional como artistas de lo social hacia nuestros clientes…….


¿Cómo lidiamos como profesionales de la ayuda a otro ser humano?, ¿Cómo ayudamos al Otro?


La ayuda profesional es un verdadero Arte, que puede y debe ser aprendido, pero no es cualquier tipo de ayuda…. Pues cada rol que adoptemos hacia el cliente determinará una forma de relación, una dinámica en la relación y, deberíamos indagar profundamente en nuestro propio lugar, desde donde brindamos ayuda, reconocer cuando la ayuda es posible y adecuada y cuando debo recoger o soltar esa “ayuda”.


¿Tengo yo que “salvar “a mi cliente”?


A veces ni siquiera me lo pidió, pero yo “siento” que tengo que hacerlo…..el “salvador” siempre está volando alrededor.

¿Esto me hace sentir poderoso y vanidoso, como profesional?....

A veces es un “problema” o conflicto puntual y yo, como profesional de la ayuda, quiero solucionarle la vida o “todo”, quiero ofrecer “todo”!

¿Es acaso una posición de arrogancia?

Muchas veces nuestra ayuda o intervención profesional quita fuerza, poder, florecimiento y libertad a mi cliente.

¿Qué pasaría si se nos pidiera u ofreciéramos lo opuesto?

La buena ayuda fortalece, no debilita.

¿Acaso nuestra tarea no consistiría en ayudar, acompasar, guiar, iluminar, sin juzgar ni imponer al cliente nuestra concepción de lo “que debería ser”?

¿Poder abordar cada situación con curiosidad y admiración, posibilitando aquello que está vivo y en movimiento en el cliente y que quiere manifestarse?

¿Acaso nuestras acciones no deberían “perjudicar” la libertad de “hacer o no hacer” del cliente?

No deberíamos pues, imponer al cliente nuestra concepción de lo que debería ser, estamos allí para guiar, orientar, acompañar, no podemos imponer o crear, pero SÏ pero brindarle los diferentes escenarios o posibilidades desde nuestro “buen hacer”, para que el cliente decida, desde su adulto, no yo en una posición paternalista y sobreprotectora.

Ser adulto es asumir la responsabilidad de la propia vida, no encargarle al otro que se haga cargo.

La clave siempre ha de surgir de la propia persona en cuestión, pues donde está el problema, está la solución!.

¿Tenemos la habilidad de trabajar con dicha tensión?

¿Estamos preparados para enfrentar el desafío?

¿Qué perdemos? ¿Qué ganamos?

Una tarea extraordinariamente difícil……el soltar….que requiere un autodesarrollo personal continuo y auto reflexión, ayuda el trabajar desde las preguntas, para que el cliente pueda reflexionar y sobre todo revisar nuestra práctica con la ayuda de algún colega.



Y Tú… ¿Cómo ayudas al Otro?

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